Rose Marie Bentley, una estadounidense que falleció en octubre de 2017 a la edad de 99 años, padecía de una rara enfermedad congénita y potencialmente mortal que fue descubierta post mortem.
La rara condición fue descubierta por la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon (OHSU, en inglés), debido a que la mujer donó su cuerpo a la facultad de anatomía de la institución. Un grupo de estudiantes descubrió en una clase que Bentley vivió toda su vida con algunos de sus órganos colocados en el lado equivocado de su cuerpo.
La rara condición es conocida como «situs inversus», que, como su nombre lo indica, refiere que los órganos están transpuestos de derecha a izquierda. El hígado, el estómago y otros órganos abdominales, se vieron afectados por la condición, sin incluir al corazón.
«Rose Marie Bentley puede haber sido la persona más longeva conocida con una condición rara y potencialmente mortal llamada situs inversus con levocardia. Su hígado, estómago y otros órganos se transponían de derecha a izquierda, pero su corazón permanecía en el lado izquierdo de su pecho», reza un tuit de la OHSU que habla de la historia.
Rose Marie Bentley may have been the oldest-known person with rare, life-threatening condition called situs inversus with levocardia. Her liver, stomach and other organs were transposed right to left but her heart remained on the left side of her chest. https://t.co/CtSyo90x8V
— OHSU News (@OHSUNews) April 8, 2019
Lo más impresionante del descubrimiento fue la avanzada edad a la que murió Bentley, y que además fue por causas naturales. Los médicos aseguran que esta condición, que ocurren una vez en cada 22,000 nacimientos, está asociada a enfermedades cardíacas y otras anomalías que suelen ser mortales para quien la padece.
Más extraordinario aún es que la mujer vivió una vida normal y saludable, sin referir ninguna enfermedad crónica. Su único malestar real, según explicó su hija a los científicos, fue la artritis. Tanto Bentley como su familia desconocían la condición de la paciente, a pesar de que fue sometida a tres cirugías diferentes y solo el cirujano que le extirpó el apéndice advirtió que la ubicación de los órganos era atípica.