Ayer, Estados Unidos vivió uno de los momentos más importantes de los últimos años. Un suceso que sin duda, marcará la historia de este país. Esa que durante décadas, han sabido escribir los valientes, demostrando una y otra vez que el poder verdadero no lo tienen aquellos que de traje y corbata, esconden sus cabezas detrás de un escritorio y firman papeles que deciden el futuro de una nación. El cambio real viene de las calles, de las gargantas furiosas, de los corazones apasionados, de la ganas de marcar el futuro, de doblegar el destino de un país que no supo elegir. La marcha de las mujeres reunió más personas que la inauguración

Se equivocaron al pensar que con agresión y prepotencia podrían callarlas. Qué ilusos que fueron en pensar que ellas, que convierten el peor de los dolores en vida, que son creadoras del tesoro más preciado del ser humano, que llevan consigo el regalo mágico de la creación, se quedarían calladas ante la injusticia, la falta de respeto, las palabras denigrantes de los que hoy gozan de estar en un lugar predilecto, a ese que llegaron a través del engaño y la mentira.
The crowds during President Trump's speech on #InaugurationDay and today's #WomensMarch pic.twitter.com/tcqA8bnMXI
— Paige Cornwell (@pgcornwell) January 21, 2017
No. No se iban a quedar calladas estas mujeres. Son nuestras madres, nuestras hermanas, tías, abuelas, son nuestras hijas. Son las que durante siglos intentaron manipular, humillar, desacreditar, subestimando y negando lo que hoy es evidente: nada ni nadie puede detenerlas. Ayer fue su momento, y el mundo se rindió a sus pies.
Más de 2 millones de mujeres marcharon en Washington DC, exigiendo respeto, pidiendo igualdad para todos, sin importar de qué raza, religión o sexo sean. Con ese espíritu maternal que nace desde lo más profundo de su ser, nos dijeron que era su día, eran ellas las que iban a ir a poner la cara por nosotros, las que cuidarán de nuestro futuro, las que lucharán por garantizar nuevamente eso que hasta hace unas pocas semanas, parecía ser una firme realidad.
Women's march in San Francisco is absolutely massive. pic.twitter.com/oQbkF6WxkO
— Michael Farrell (@mikefarrell) January 22, 2017
Ellas ya hicieron su parte y el mundo entero las escuchó. Ahora todos somos responsables por mantener la lucha, por conservar el mensaje, por garantizar el futuro. Es hora de decir NO al racismo, NO a la desigualdad, NO a la desinclusión. Decir NO a la falta de respeto, a pensar que por nuestra condición social, legal o económica, podemos pasar por encima los sueños de otros. Es hora de luchar por los jóvenes de DACA, por las familias inmigrantes, por la libertad de religión y el derecho de decir lo que queramos sin tener miedo a recibir consecuencias.
Que nadie nos diga que no podemos. Ellas hoy lo hicieron por nosotros, ahora es nuestro turno. ¡Sí, se puede!
Nashville, Louisville, San Diego, St. Paul, Wichita, Chicago, Oklahoma, London, Los Angeles, NYC, Washington DC… #WomensMarch pic.twitter.com/D4xx2EMd62
— Nick Bilton (@nickbilton) January 21, 2017