Mientras que por un lado, los mexicanos nos quejamos de las muestras de racismo y discriminación de las que muchos son blanco en Estados Unidos, en México dicha situación predomina en mayor medida entre ellos mismos pero que no se habla mucho al respecto.
De acuerdo con un artículo elaborado por la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) titulado “Qué tan racistas somos los mexicanos?” se abordan que las personas con piel morena son más expuestas a la discriminación social. Incluso se les vincula más con niveles de pobreza.
“La gente es excluida en términos de clase y raza. Es decir, en México la pobreza sí tiene una faceta racial muy marcada”, señala en el reporte el investigador de la Universidad nacional autónoma de México (UNAM) Federico Navarrete Linares, quien hace énfasis en el papel que ejercen los medios de comunicación al reforzar dicho estereotipo.
Ante esto, los números son claros. La Encuesta Nacional sobre Discriminación Racial (Enadis) destacó en un informe que cuatro de cada 10 personas han admitido haber recibido un trato diferente por su tonalidad de piel.
#Entérate ¿Qué tan racistas somos los mexicanos? Al parecer, el color de piel influye mucho en el trato que damos a las personas https://t.co/9DG0BiJ8hD pic.twitter.com/R6fDcafUun
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) March 14, 2018
Aunado a esto, los resultados del Módulo de Movilidad Social Intergeneracional que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) también revelan una relación entre el color de piel y el nivel socioeconómico de los mexicanos.
En dicho reporte se menciona que en su mayoría, las personas con un tono de piel más claro suelen aspirar a cargos como directores, jefes y profesionistas, mientras que por el contrario las personas con tono de piel más oscuro obtienen cargos como operadores, trabajadores de apoyo y artesanos.
Para la coordinadora de la red de Investigación Interdisciplinaria sobre Identidades, Racismo y Xenofobia en américa Latina del Programa de Redes Temáticas del Conacyt Olivia Gall la el origen del problema es claro: “En México nos hemos tardado mucho en aceptar que el racismo existe; por ellos ha sido muy difícil desarrollar estudios, políticas públicas y leyes que aborden el tema”.