Dijeron que era «desobediencia civil» y por ese motivo arrestaron a numerosos dreamers (sobre todo hispanos) que se encontraban protestando frente al Capitolio en Washington, para defender sus derechos que les fueron arrebatados un día por capricho del presidente Donald Trump.
Quieren deportarlos o al menos intimidarlos, pero esto no detuvo a los dos mil jóvenes que se reunieron para exigirle al Congreso que le devuelvan sus derechos de trabajar y estudiar. No son criminales, son personas con un gran futuro y una gran entrega que el Gobierno quiere desaprovechar.
.@RepGutierrez shows the crowd his citation for civil disobedience. @NBCLatino #cleanDreamAct #DreamActNow pic.twitter.com/xo5T381LUT
— Marissa Armas (@MarissaArmas) December 6, 2017
En palabras de la misma senadora Kamala Harris, según reportó la NBC:
«La historia juzgará este momento y este lugar en el que ustedes están ahora (…) hagan lo correcto». (Trad.)
Doscientos manifestantes fueron arrestados en el evento, incluyendo a líderes de inmigración y del Congreso y a la representante de California Judy Chu, solo porque se habían sentado en las escaleras y se negaban a moverse del lugar.
“Dreamers,” supporters and allies get arrested for participating in civil disobedience stand-in on Capitol Hill steps— including @RepGutierrez. Via @MarissaArmas pic.twitter.com/uUhfXizD0N
— NBC Latino (@NBCLatino) December 6, 2017
El tiempo cada vez se agota más rápido para los dreamers. Donald Trump había prometido en campaña continuar con las políticas de DACA, pero en septiembre anunció formalmente su cierre, y aunque muchos se atrevieron a asegurar que vendría una «mejor solución», nada ha ocurrido.
Cerca de 800,000 jóvenes y niños pertenecen a ese programa y vinieron al país desde muy pequeños. Muchos jóvenes hispanos no conocen otro hogar que no sea Estados Unidos y ahora demuestran con demasiado valor que son capaces de protestar abiertamente aunque el sistema quiera llamarlos «ilegales».