Por más insólito que parezca, el presidente de la campaña electoral de Hillary Clinton, John Podesta, recibió un falso correo de Google que le solicitaba cambiar su contraseña con la excusa de que “alguien había intentado acceder a su cuenta”. El incauto accedió a los términos y entregó fácilmente sus datos.
Este procedimiento se realizó en marzo y abrió las puertas para que los hackers tuvieran acceso a toda clase de información que se filtró posteriormente con Wikileaks.
Sin embargo, lo peor ocurrió después, ya que fue por un error de tipeo que no lograron tomar acciones a tiempo: luego de que los asistentes sospecharan sobre el correo, se le solicitó al técnico Charles Delavan que realizara una investigación al respecto; este último envió su respuesta alegando que el correo era “legitimo“, cuando en realidad había querido decir “ilegítimo“, según declaró al New York Times. La pequeña letra que no incluyó en su respuesta dio permiso para que ocurriera todo lo que sabemos que sucedió después.
La CIA se mantiene firme al declarar que Rusia está detrás de estos actos.
A continuación incluimos el video de AP, en el que Donald Trump indica que el FBI está detrás de la acusación sobre Hillary Clinton y el uso de correos personales para asuntos de Estado.