El gobierno de Barack Obama sorprendió al mundo este jueves al poner fin a su política “pies secos, pies mojados”, que permitía a aquellos cubanos que tocaban suelo americano permanecer de manera legal en el país, trabajar y solicitar beneficios sociales e incluso la residencia, a pesar de su entrada ilegal.
Dicha medida contra la ley de Pies Secos es de efecto inmediato.
En 1995, tras el éxodo masivo de balseros de 1994, el Gobierno de Bill Clinton hizo un agregado a la Ley de Ajuste Cubano (1966), que implicaba que todo cubano interceptado en el mar era devuelto a la isla, pero aquellos que lograran pisar tierra podían permanecer en EEUU, trabajar de manera legal y, al año de su llegada, pedir residencia permanente.
Obama aseguró en un comunicado que con esta medida EEUU está dando pasos importantes para normalizar las relaciones con Cuba y así darle mayor consistencia a la política migratoria de Estados Unidos.
“Tal como dije en La Habana, el futuro de Cuba debería estar en manos de los cubanos”, subrayó.
La revocación de esta medida era una demanda clave del Gobierno Cubano, que aseguraba que dicha política incentivaba la proliferación de “balseros”, es decir, de emigración ilegal.
El abogado de inmigración Wilfredo Allen acotó que el cubano que entre hoy (jueves) todavía recibirá los beneficios de la ley, pero el que entre mañana (viernes) deberá solicitar asilo, como cualquier otro inmigrante.
Esta será probablemente la última medida de Obama en su gobierno, que deja la Casa Blanca el próximo 20 de enero en manos del presidente electo Donald Trump.