Autoridades del Departamento de Policía de la ciudad de Los Ángeles (California) anunciaron este viernes en la tarde que sus oficiales lograron detener dos posibles tiroteos que podrían haber ocurrido en dos escuelas de al ciudad. Las amenazas incluían mapas, armas, municiones y hasta una lista de objetivos.

Durante una conferencia de prensa ofrecida por el alguacil del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, se explicó que una de las amenazas de tiroteo contaba con un rifle AR-15 con 100 rondas de municiones, pertenecientes a un estudiante de apenas 13 años de edad, de la escuela secundaria Animo Mae Jemison Charter en Los Ángeles. Tras descubrir el arma, los mapas, municiones y listado de objetivos, el adolescente fue arrestado por las autoridades.
El hallazgo de las autoridades se logró gracias a varias denuncias emitidas por algunos estudiantes de la escuela, quienes habían recibido amenazas en persona que los obligó a notificar a las autoridades del plantel:

«Nos movimos rápidamente para garantizar que nuestros estudiantes no sufrieran daños», dijeron las Escuelas Públicas de Green Dot a NBC News. «Nuestros estudiantes hicieron todo bien planteando preocupaciones con los adultos».
El segundo tiroteo frustrado por las autoridades ocurriría en una escuela secundaria en Palmdale. Según las autoridades, el sospechoso se trata de un adolescente que había hecho varias amenazas en redes sociales, donde publicó imágenes portando armas de fuego.
El alguacil Alex Villanueva reveló que el joven en cuestión además de publicar amenazas en redes sociales, también admitió haber escrito citas amenazantes y publicar amenazas en línea. Fue arrestado por amenazas criminales y llevado a una instalación juvenil.
El Departamento de Policía de California se encuentra en alerta constante para evitar que suceda otra tragedia como la ocurrida el pasado 14 de noviembre, cuando un joven de 16 años de edad entró a la escuela secundaria Saugus en Santa Clarita, California, donde asesinó a dos personas e hirió a otras 3 para luego dispararse sí mismo en la cabeza. Aunque no murió en el acto, el adolescente perdió la vida horas después en un hospital de la ciudad.