La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, acusó a los ayudantes del expresidente Barack Obama de dejar notas burlonas y negativas dentro de las instalaciones para que fueran encontradas por los asistentes entrantes de la administración del presidente Donald Trump.
“Entramos en la Casa Blanca, les diré algo”, dijo Grisham a los periodistas recordando el período de transición de enero de 2017, cuando era diputada de Sean Spicer. “Cada oficina estaba llena de libros de Obama y nos dejaron notas que decían ‘fracasarás’ y ‘no vas a lograrlo'”, acotó.
Los comentarios de la secretaria causaron rápidamente una lluvia de reacciones que la acusaron de ser una “mentirosa” y de querer distraer la atención de la investigación de juicio político que lideran los demócratas de la Cámara de Representantes contra Trump.

Susan Rice, asesora de seguridad nacional del ex presidente Barack Obama, calificó el reclamo como “otra mentira descarada”. Ben Rhodes, consejero adjunto de seguridad nacional de Obama para comunicación estratégica, condenó a Grisham y calificó su acusación de mentira.
“Si esto sucediera, tampoco creo que todo el personal de Trump esperaría 3 años para contarnos”, dijo. “Es triste ver a la secretaria de prensa de la Casa Blanca caer tan bajo”, acotó.
Valerie Jarrett, asesora principal de Obama, exigió que Grisham “produzca las notas que respalden esto”. “No puedo imaginar a ninguno de mis antiguos colegas que haría esto. Desde Barack Obama en adelante, todos intentamos ayudar a facilitar una transición fluida y ordenada, tal como lo hicieron el presidente Bush y su equipo por nosotros”, acotó la asesora.

También indignado se mostró el exabogado de la Casa Blanca, Daniel Jacobson, quien escribió en sus redes sociales: “Yo estuve allí. Esta es una mentira completa y absoluta. Todo lo contrario: les dejamos libros informativos para tratar de ayudar con la transición tanto como sea posible”.
Jon B Wolfstahl, exdirector sénior del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés), incluso pidió que se despidiera a Grisham. “Esta es una mentira escandalosa. Lo sé. Entregué la oficina nuclear en el NSC. Desvergonzado y asqueroso. La secretaria de prensa debería ser despedida”, acotó.
Grisham suavizó posteriormente sus comentarios luego de la avalancha de críticas en un correo electrónico a Político, donde afirmó que “no está segura de dónde estaban sus oficinas, y ciertamente no implicaba que todas las oficinas tuvieran ese problema”.